El Avión Popov

El avión Popov volaba muy alto,
quería averiguar si la luna sabía a queso,
 a tarta de limón o de melocotón.
Entre nubes de algodón de azúcar el avioncito se desliza,
dibujando en el cielo espirales de caramelo.
Toboganes de colores le sirven de lanzadera,
 Popov toma impulso y ¡zas!, llega hasta las estrellas.


 Ya le falta menos para llegar a la luna,
con un poco de suerte estará antes de la una.

 Sus amigas las estrellas le iluminan el camino,
dando volteretas Popov llega por fin hasta su destino.

 La luna sonriente saluda al  visitante y le invita amablemente
 a la especialidad de la casa: “tapita de cráter crujiente”.

 Popov  está a punto de descubrir a que sabe la luna,
 si la miras desde la tierra
sabrás cuando le ha hincado el diente,
 pues la luna que estaba llena
 ahora estará……… menguante.