Una sorpresa muy agradable





El año pasado por estas mismas fechas tuvimos en nuestro taller la visita inesperada de un enjambre de abejas.Durante varios días estuvieron yendo de acá para allá hasta que por fin decidieron que el techo de nuestro taller era un lugar idóneo para dar cobijo a su joven reina. Pronto comenzaron a enjambrar ante la mirada atónita de sus anfitriones, que por cierto estábamos encantados observando aquel bello espectáculo.

Aunque nos hubiera encantando compartir habitáculo pensamos que no era muy buena idea tener un panal de abejas encima de nuestras cabezas,  ellas no iban a gozar de mucha intimidad y nosotros siempre tendríamos que trabajar con mucho cuidadito para no molestarlas.
Después de meditarlo un poco, pedimos ayuda a un buen amigo que se encargó de trasladarlas y buscarles un nuevo hogar.



El hecho de que las abejas eligieran el taller como su nueva casa me transmitió muy buenas sensaciones, son las mismas que sigo teniendo cuando estoy en él trabajando. 

                                                   

                                                     "Como una abejita haciendo miel"